Hace poco más de un mes me explicaron lo que significa que Mercurio esté retrógrado. Esto quiere decir, de acuerdo con mis fuentes, que el trayecto del planeta pareciera ir en retroceso por una alteración de velocidad. Entonces, algunos cambios suceden en la vida de las personas -según los astrólogos-. El más reciente proceso de esta naturaleza se dio del 15 de agosto al 15 de septiembre de este año.
Al parecer, cuando el bonito planeta con nombre de banda musical de finales de los 90 está así, todo, todito sale mal. Pierdes cosas, no se cierran contratos, te peleas con todo el mundo, estás de mal humor o triste y nada pareciera encajar. Además, por qué no, Mercurio está íntimamente relacionado con la comunicación, así que ya sabe, puritos malos entendidos. Todo mal.
Ya sé que si son tradicionales, escépticos y todas esas cosas, me van a ignorar, juzgar e insultar. Pero algo les tengo que decir, justo pasando el 15 de septiembre toda esa penumbra fatalista que estaba cubriendo mi vida -puff- desapareció. Así, de la nada.
Sería mucho más racional aceptar que me puse un deadline para cambiar mi horrenda actitud reciente, ya sé. Pero sigue siendo mil veces más romántico pensar las estrellas están inmiscuidas en esto. ¿No?
Mercurio ya se calmó, se fue lo feo y llegó el buen tiempo.
Disfrútenme, ando contenta.
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