lunes, 13 de febrero de 2012

Avec moi



Supongo que esta es la carta que te escribí hace tiempo.Puede que hace un par de meses, en Noviembre, en Septiembre, quizás en enero del año pasado. No sé.
Es la carta donde guardo las cosas que nunca te dije, o las que a veces te repetí demasiado. Ahí están escritas a mano cada una de las lágrimas tiradas, ilusiones perdidas, o sueños de niñas. Tengo todos y cada uno de los días a tus lado, los buenos, pero también los malos. Los tipos de abrazos, los cortos y largos, y las miradas, todas las nuestras. Las de cariño, esperanza, las de 'eh, que estoy aquí'
En esa carta están las mentiras que nos hicieron pequeñas y las verdades que nos conviertieron en grandes. Las cosas que nos diferencian de todos ellos, los enfados de minuto y medio, las risas alteradas y las experiencias. Ahí dejo firmado que has sido una de las personas más importantes en mi vida, y que lo poco que tengo es para tí. Las dos tabletas de chocolate negro mensuales que papá compra, las cartas de los cajones, los apuntes arrugados, mis botas, las bolitas de cristal, los amuletos, el blog, las merenditas y los polos de manga larga. Todo por si algún día me pasara algo, además de los tacones, la plancha del pelo, los sujetadores que mamá nunca te compraría, y alguna (y solo un par) de mis canciones que nadie conoce.
Dentro del armario, a la izquierda del montón de ropa descolocada hay una trampilla. Una madera que se levanta, en caso de que ya no esté, rómpela. Ahí está la carta. Donde al final termino por aceptar que rehacer tu vida saliendo de fiesta será lo correcto, que has sido una de las mejores personas con las que me he cruzado a lo largo de mi viaje, que te quiero, y que te agradeceria que comieses por mí todas las tortitas, caramelos, chicles, bollos y tartas que perdieron mis dietas.
De una cabeza loca, a su otra mitad.

Qué buen tiempo pasado, recuerda mi fiel presente.

- No creo en el destino. Nunca lo he hecho.La gente cree en él por miedo a la realidad. Necesitan estar sujetos a una explicación. A una causa. A un motivo. Nunca me consideré de ese tipo de gente, esos que temen los Martes 13 o no pasan por debajo de los andamios por miedo a siete años de mala suerte. Me encanta echar sal encima de la mesa, pasar el dedo y después chuparlo lentamente.Mucho menos pratico budú, males de ojo, o rezo. Sonará contradictorio, pero una de las secciones que más me gusta ojear es el horóscopo. No por nada. Parece que siempre escriben cosas perfectas; y el hecho de leerlas, supongo que, incitan a que afronte las cosas de manera que salgan perfectas. Dios nunca te castiga. Tan siquiera sé quién es. O si existe. Pero no te sientas culpable. Cada causa equivale a un efecto. Y cada error a un acierto. La experiencia no es lo que le pasa a uno, es lo que uno hace con lo que le pasa; Seguir para delante. Mirar atrás de vez en cuando y recordar, aprender, y VIVIR